2 abr 2005

En mi último año de colegio, recibí una sorprendente oferta que cambió mi rumbo profesional. Me refiero a la génesis de mi primera novela, “Desde un tren africano”, que vio la luz unos meses después, durante mi primer curso universitario. Todavía con el uniforme del cole, firmé un contrato por el que me comprometí a novelar unos diarios de viaje. Aquella sorprendente edición de mis aventuras en Africa no sólo me descubrió el mundo apasionante del libro, sino la fuerza de la palabra, que supera el paso del tiempo y consigue que cada lector recree, a su modo, el fruto de un trabajo lento, solitario y silencioso.

Aquel editor hizo una apuesta arriesgada: fiarse de un adolescente que aún no había madurado del todo. Me dio un voto de confianza y lo aproveché. A partir de entonces comencé a vivir esta profesión con una entrega que jamás antes había experimentado. Y al trabajo proceloso se unió también la fortuna, pues en mi vida se cruzaron publicaciones como TELVA, desde donde me asomo al mundo femenino –tan apasionante, tan complementario y tan distinto al mío– a través de una publicación mensual, el vehículo más inmediato para comunicarme con mis lectores.A los treinta y cuatro años, sé que aún me queda un camino largo por recorrer. Aunque a aquella primera novela se han ido sumando otros títulos, laten en mi corazón nuevos personajes, temas y argumentos. Porque pese a haber comenzado tan pronto, sigo contemplando como niño balbuciente este tiempo lleno de interrogantes que nos ha tocado vivir, y me siento afortunado al intentar responderlos a través de mis artículos y de mis libros.

Por eso, ahora que se cumplen quince años de aquella primera novela, persuadido de que la literatura española precisa nuevos autores para refrescar los anaqueles de las bibliotecas, ha llegado el momento de compartir con otros la singular fortuna que me hizo publicar tan joven, convencido de que la edición temprana es el mejor estímulo para la vocación literaria.

A este deseo le he llamado EXCELENCIA LITERARIA, y con él, desde hace unos meses, recorro los colegios de España como un flautista de Hamelín, buscando adolescentes que sepan jugar con las palabras, jóvenes que se detengan a contemplar el mundo para después reflejarlo en una hoja en blanco. Me interesa su formación literaria. Me interesa su formación humana. Ellos son los novelistas, ensayistas y columnistas de opinión del mañana, y no quiero que la desgana, el desánimo o la dificultad trunquen su destino de publicaciones, premios y reconocimiento.

A pesar de las encuestas, a pesar de los pesares, la juventud tiene bastantes más cosas que decir de las que imaginamos. Todos estos muchachos y muchachas crecen en un ambiente muy diferente al que nosotros vivimos a su edad. Sufren un bombardeo permanente de ruido e imágenes. Son hijos de la televisión, el cine y el ordenador. Son víctimas mudas de la desintegración de la familia y cobayas del consumo y de una sexualidad agresiva que lo empapa casi todo. Por eso me llaman tanto la atención aquellos que logran defenderse, los que cada día encuentran un rato para leer y pensar, quienes creen en la inspiración y escriben textos incisivos y bellos entre los bytes y el messenger.

Los viajes de una a otra esquina del país me están permitiendo tomarle el pulso a la juventud, a sus familias y a los colegios, que son el mejor caldo de cultivo para la sensibilidad creativa. Disfruto al comprobar el anhelo de tantos chicos y chicas por mejorar el mundo a través de la palabra escrita. Los relatos y artículos que envían a EXCELENCIA LITERARIA hablan de compromiso, de rebeldía, de admiración..., valores a millones de kilómetros luz de esa ramplonería con la que a veces les identificamos.

Si durante mi último curso escolar recibí una oportunidad que ni siquiera aparecía en mis quimeras más disparatadas, ha llegado el momento de que sean otros los que también unan su firma al gozo de ver como las historias escritas se multiplican en los ojos de cada lector hasta rozar, en una metáfora casi real, el infinito.

EXCELENCIA LITERARIA dispone de página web: www.excelencialiteraria.com
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