¿Qué fue de aquel
país adusto? España acerada, la sombra de un Quijote sobre la Meseta, las idas
y venidas de los recolectores al compás de la maduración del cereal, el trato y
la pillería ocurrente de un Buscón o de un Lazarillo que se las sabe todas, el
luto de las ancianas, el bisbiseo de un rosario, el crepitar del hogar, la
moral intachable del porquero y del noble sin un real, la melancolía por aquellos
que reunieron valor para marcharse a las Américas para nunca volver…
España es hoy la
carpa del circo de los Tonetti, con permiso de los geniales payasos
santanderinos. El número de hoy: la burguesía nacionalista de Cataluña, rendida
a los anarquistas que con gusto les quemarían los pies. Es decir, el marxismo
más agresivo aguándole la sopa a la Cataluña tradicional del buen vivir, unos
el caldo y otros los fideos, soportándose a pesar del aborrecimiento con el que
se miran; unos oliendo al perfume de las tiendas caras del Paseo de Gracia, al
agua limpia del pozo de la masía; otros apestando al calcetín requetepuesto, a
la camiseta oscura que disimula los cercos de sudor macerado en la casa ocupada
(debería haberlo escrito con “k”, pero no puedo). Payasada de imprevisibles y
gravísimas consecuencias para la armonía de una sociedad que entre los unos y
los otros han conseguido que se divida para mirarse mal, que circulen las
delaciones a cuento del uso de la lengua. ¿Qué será lo siguiente?... Aunque lo
pienso, no me atrevo a publicarlo. ¡Cobarde!
Pero este circo de
los Tonetti (¡cuánto me reí con vosotros -risa sana de niño-, hermanos Villa
del Río!) tiene otra pista, por la que antes se han paseado los clowns de la
mano larga y el lujo hortera, abusivo, insultante… La misma arena por la que
ahora bisbisean los pactos anti natura entre los socialistas que aseguraban que
España era el país europeo en el que más fácil era hacerse rico (lo que se presta
a todo tipo de interpretaciones) y los filocomunistas de calcetín usado,
camiseta negra y libro rojo de Mao.
¡Que baje el telón!