24 nov 2006

Pena que Woody Allen no conozca Marbella. Lástima que el judío neoyorquino no se haya dado de bruces con Mayte Zaldivar. Basta ese binomio: Marbella-Zaldivar para que el pequeño gran hombre del cine independiente firme una segunda parte de “Granujas de medio pelo”, ¿recuerdan?, esa cinta en la que él y su esposa, vendedores casuales de rosquillas, se hacen millonarios de golpe para reventar el decálogo del buen gusto con un horterismo hilarante que, sin proponérselo, hacen suyo Muñoz, Zaldivar y compañía, aficionados de última hora a los relojes de platino, a los coches de lujo, a las pieles de tigre y a los millones dentro de bolsas de basura.

Marbella fue aquel paraíso que colonizó uno de los herederos del Marqués de Salamanca y después se apropió un príncipe austriaco de apellido imposible, capaz de inventarse la Costa del Sol sobre incomodísimas playas de cantos. Unos y otros trajeron el lujo, el juego, la juerga y la aristocracia de la fortuna antigua junto al poderío árabe. Marbella era una excepción en el mapa de España, donde atracaban yates de oro y marfil. Pero desembarcó un tal y tal de medidas cetáceas, y se trajo consigo a la banda, gente del interior, marrulleros de obra barata que hicieron del pueblito costero su guarida: apuestas, pelotazos, drogas y prostitución. Y como reina que subía al trono vacante de los príncipes de ojos azules, Mayte Zaldivar, esposa de un camarero venido a más, tercera en el triángulo amoroso de la televisión, Julián y la folclórica. Mayte, con nombre de zorzico y mano larga para llevarse la pasta a puñados, lluvias de billetes sobre su piscina de leche de burra, mujer del pueblo, hecha a sí misma, que venía de limpiar escaleras con cepillo y lejía para acabar con los dedos amorcillados entre sortijas de oro macizo. Mayte, que pasó de la bata de buatiné al modelito de tres ceros, del marido del bigote al novio bizarro y esnifador, de la charla a la fresca a los platós calientes de Tele 5. Y mientras, Marbella a taitantos el metro cuadrado. ¿Por qué no traen a Woody?
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