5 mar 2012

Londres es una pedanía, digamos, 
de un municipio de Albacete.

A pesar de la crisis y de la quiebra de las compañías aéreas como si fueran objeto del juego escolar de los barcos (H-7, ¡tocado!, H-8, ¡hundido!), los españoles seguimos buscando en Internet ofertas que hagan posible una ida y vuelta junto al tradicional bed & breakfast por el mismo precio que cuestan unas tortitas con nata en cualquier cafetería de rancio abolengo. Total, es nada, cuestión de hacer la reserva y la compra con tiempo, que hay quien se pasa las horas del naufragio oficinero consultando las web de las compañías low cost, que si eres capaz de volar con las rodillas hincadas en los riñones del pasajero de delante y con un bolso de viaje más pequeño que un paquete de clínex, un chollo, hija, cuesta menos que un billete del Alsa a Burguillos con tarifa de familia numerosa especial.
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